miércoles, 11 de junio de 2025

LOS VALORES REPUBLICANOS EN LA FORMACIÓN NAVAL: UN COMPROMISO HISTÓRICO



A lo largo de su historia, la Armada Argentina se ha identificado con una profunda vocación de servicio a la Patria, forjada en el ideal republicano y en la adhesión inquebrantable a la Constitución Nacional. Cada marino, al prestar su juramento, se compromete no solo a defender la soberanía nacional, sino también a resguardar el sistema democrático y el imperio de la ley.

La Escuela Naval Militar, fundada en 1872, ha sido desde su origen una institución de excelencia académica y formación integral. En ella se cultiva el conocimiento técnico, la estrategia naval y sobre todo el pensamiento crítico, el espíritu ético y el compromiso con la Nación y sus valores fundamentales.

En concordancia con ello, varias materias del plan de estudios promueven los valores anteriormente mencionados, haciendo hincapié en ellos desde la perspectiva de diferentes enfoques de estudio disciplinario, como son la Historia, el Derecho Constitucional, la Ética Militar y el Liderazgo, que fomentan el origen, desarrollo y bondades del republicanismo a los alumnos.

Con ese rumbo fijado, continuó con éxito el  trascendente convenio firmado en octubre de 2024, impulsado por el entonces Decano de la Facultad de Derecho y Relaciones Internacionales de la Universidad Austral, Dr. Manuel José García-Mansilla, y promovida por el actual Director de la Escuela Naval, Contraalmirante Pablo Basso.




Se consolida, de este modo, la cooperación educativa que se desarrollará con diversas actividades, entre debates, seminarios, simposios y encuentros, según lo dispuesto en el convenio marco de cooperación académica, científica y cultural.

En este sentido, los cadetes en su último año de formación de la Escuela Naval Militar, junto al Señor Director del Instituto, Contraalmirante Pablo Germán Basso, fueron recibidos por Gabriel Astarloa, decano de la Facultad, el pasado 28 de mayo.

Este encuentro tuvo como objeto brindar a los cadetes un acercamiento y profundización sobre el constitucionalismo y el derecho relacionado al mismo. El Doctor Alfonso Santiago, quién dirigió el curso, trató diferentes tópicos que incluyeron las diferentes constituciones históricas, sus reformas y el contexto histórico que se vinculan a ellas.




Enriqueciendo este primer encuentro, la Profesora Frida Armas, Jueza del Tribunal Internacional del Derecho del Mar y egresada de la Universidad, brindó una exposición sobre el derecho marítimo. Se desarrollaron los conceptos de mar territorial, zona contigua, zona económica exclusiva, la soberanía marítima y el tratamiento en zonas de altamar.

Del mismo modo, el pasado 6 de junio, alumnos y profesores y su Decano de la Facultad visitaron la Escuela Naval Militar. Lo hicieron navegando desde el Puerto de Buenos Aires en la lancha de instrucción para cadetes (LICA), pudiendo experimentar en persona, uno de los tantos instrumentos para la formación de los cadetes.

Ya en tierra, fueron recibidos por el Señor Director y los Señores Jefes de Departamento Enseñanza y Cuerpo de Cadetes, con quienes realizaron una visita por los lugares más emblemáticos de las Escuela, como lo son los simuladores de navegación, el planetario y el museo, entre otros.

En el recorrido se hizo hincapié en trasmitir, no solo las herramientas y prácticas para la formación profesional, sino también los valores constitucionales y republicanos que se inculcan en la vida diaria de la Institución. Ideales que son intrínsecamente compartidos en el ámbito académico y las Instituciones de la Nación.

Estos valores, tienen su fundamento en un compromiso histórico, que tiene sus orígenes en la llamada Generación del 80´, momento en el que la Armada, construye una identidad propia. Durante este singular proceso, en el cuál el país se convirtió en una potencia internacional, muchos marinos dejaron una impronta imborrable en la Nación que se estaba forjando.

Ejemplo de ello, fue la figura que tuvo la Escuela Naval Militar, durante los años 1900 a 1910, cuando el Contraalmirante Manuel José García-Mansilla, como director de la misma, transmitió, en múltiples ocasiones, el compromiso que los marinos tenían para con las Instituciones y la Constitución. En una carta dirigida al Ministro de Marina de 1908, manifestó que “La Armada sirve al país, no a facciones. Su deber es con la ley, no con el ruido de la política.”

Este legado continúa siendo una brújula moral de todos los miembros de la Armada Argentina y es reflejo de los grandes hombres que supieron construir una visión de respeto a la República y los valores que la componen. El Contraalmirante García-Mansilla siempre manifestaba que: “el uniforme no es poder: es responsabilidad”

La Armada Argentina es una Institución integral de la República, en la que los valores esenciales de la Constitución siguen siendo defendidos y trasmitidos a todos sus miembros. La defensa de la vida, la libertad, la paz y la democracia constituyen los pilares sobre los cuales, los marinos se siguen formando y seguirán siendo representados en cada buque, aeronave, batallón y base naval que lleve el pabellón de nuestra Patria.





viernes, 6 de junio de 2025

EL DOCTOR MANUEL JOSÉ GARCÍA SEGÚN EL HISTORIADOR ADOLFO SALDÍAS.


Buenos Aires 1849- La Paz, Bolivia 1914
          Adolfo Saldías, nació en Buenos Aires en 1850. Formó parte de la denominada generación del 80 ; esa pléyade de distinguidos caballeros de vasta cultura y de firmes convicciones liberales, comprometidos lealmente con el destino de su país. 

         En general todos consideran al historiador Adolfo Saldías como el precursor de la escuela revisionista de nuestra historia argentina. Su extraordinaria obra " Historia de la Confederación Argentina -Rozas y su Epoca - aportó   inéditos documentos probatorios del archivo personal de Juan Manuel de Rosas. Los mismos le fueron entregados al autor por Manuelita Rosas. En su obra, los expuso con método claro y ordenado y fino estilo literario. Su inmenso trabajo, pasado el tiempo mereció el carácter de pionero en la reformulacion de los hechos históricos argentinos hasta entonces orientados por una visión tradicional que predominó en nuestro país hasta mediados del Siglo XIX.

         El clásico maniqueísmo histórico que predomina en gran número de historiados es el resultado de un exceso de pasión impregnada por ideologías extremas o partidismos sectarios. Esta forma de análisis histórico nos aleja de la verdad objetiva y termina desvirtuando los hechos del pasado. Pretenden dar a conocer nuestro devenir histórico con subjetividades y genelarizaciones respecto de la conducta de las personas,  apartadas del contexto histórico en que ocurrieron,  las que concluyen sistemáticamente en la exaltación o descalificación de nuestros hombres públicos. Se los denosta o ensalza con epítetos de todo tipo,  en lugar de dar a conocer los hechos, apreciarlos con honestidad intelectual y expresar el disenso con el debido respeto, si fuera necesario. No se debe caer en la tentación de pensar con las circunstancias del presente los hechos del pasado que los tuvo como protagonistas. "La primera condición de la Historia, es la verdad; la segunda es la medida de apreciación de estimación y de gloria que discierne a sus héroes" con este pensamiento describe el autor de "Biografías de hombres Ilustres", Alphonso de Lamartine las cualidades que debe poseer quien escriba historia.

          Es necesario entender que que quienes nos precedieron la historia de nuestra patria,  forman parte de nuestro acervo histórico y debemos aceptar que en general actuaron de buena fe, enmarcados en las circunstancias en que vivieron y convencidos que era lo mejor para su patria. Como dijera Ernest Renán:  "Los juicios carecen de valor fuera de su cuadro y al cuadro lo forma la época".

          Es imperioso estudiar con celo nuestra historia y reparar los errores cometidos en la apreciación de nuestro pasado. Si lo hacemos, como dijo Esteban Echeverría: ¿Donde irían a parar entonces, todas esas reputaciones tradicionales; todos esos grandes hombres raquíticos; todos esos pigmeos que la ignorancia y la vanidad han hecho colosos?

          Uno de los caso mas curiosos de la historia argentina es la figura del doctor Manuel José García, a quién la mayoría de los historiadores solo se lo recuerda y no con la profundad debida solo por dos misiones diplomáticas, que lo tuvo como protagonista. Una ordenada por el Director Supremo Carlos María de Alvear y la otra por el Presidente Bernardino Rivadavia. Olvidan su vasta carrera al servicio de nuestra Nación, que lo tuvo como actor principal por más de treinta años en forma consecutiva.

          Fue una de las personas más influyentes personalidades de la "Generación de Chuquisaca". No identificado con ninguno de los partidos dominantes, le preocupaba ante todo la organización institucional.

          En sendos artículos publicados en "La Gaceta de Buenos Aires" titulados "Relaciones Interiores", se refiere a la situación política de las Provincias Unidas y a la adopción generalizada de las nuevas ideas democráticas provenientes de Europa. En ellos afirma:

"Si las ideas han cambiado, ¿por qué entonces no ha cesado la guerra civil? La respuesta radica en que los hábitos y los vicios persisten en los pueblos y estos no logran desprenderse de ellos. De aquí surge una conclusión que muestra la enorme distancia que existe entre las ideas y los sentimientos, mientras esta separación persista, la guerra proseguirá destrozando el cuerpo político, dividiendo las familias y los pueblos, poniendo en peligro los heroicos esfuerzos realizados para alcanzar la libertad y la independencia."
          Culminó el último de estos artículos reclamando de los "hombres de bien de todas las naciones el reconocimiento de los derechos de los pueblos americanos y de éstos la necesidad de cesar sus luchas internas para lograr vencer a sus enemigos y asegurar el goce de su libertad."1

Martín Rodriguez, junto a sus ministros Manuel José García, Bernardino
Rivadavia y Julían Aguero

           Los hechos posteriores le dieron la razón. Cuando fue designado ministro luego de la Anarquía del año 1820, vuelve a reflexionar sobre la necesidad la necesidad de organizar el Poder Ejecutivo, siempre fiel a su condición de estadista y a sus ideas liberales. En una carta de 1820 reflexionaba:
"Yo pienso que debemos reunirnos todos, y trabajar de buena fe. Todos los Gobiernos son para mí respetables, si conservan la paz y la libertad. Que se llame Cónsul, Rey o Pontífice, o cualquier otro nombre el que tiene el Poder Ejecutivo, es indiferente para mí, siempre que produzca aquellos bienes y los asegure. Lo que debemos es purgar nuestro ánimo de todo espíritu de Secta; porque si estamos tocados de él, entonces no es fácil que tengamos las cabezas frías y los corazones puros; cosa indispensable para hacer una elección acertada de la forma de gobierno que nos convenga más, o que quieran más nuestros compatriotas."2
         
             Manuel José García, es una persona muy poco estudiada. Pasó a la historia sin que nadie se haya detenido a estudiar sus ideas y su extensa trayectoria. En los libros solo se lo menciona como el firmante del Tratado de Paz con el Brasil. Sin embargo,  el no lo firmó, solo aceptó un acuerdo preliminar previamente consensuado con Bernardino Rivadavia y Francisco de la Cruz, que debía ser aprobado para tener validez por el Poder Legislativo. Nuestros legisladores, temerosos de la reacción prefirieron desacreditar al enviado y soslayar la participación del Poder Ejecutivo en los acuerdos previos. Por otra parte, la firma de la mentada Convención podía comprometer su honra personal, pero no obligaba al país hasta tanto no fuera ratificada. Salvo algunos pocos, nadie fue capaz de comprender la importancia de detener la guerra. Poco tiempo después, el mismo tratado fue aceptado por Manuel Dorrego y nadie lo criticó por ello. Quién está en condiciones de afirmar que su actitud fue indigna? O acaso conocemos sus pensamientos más íntimos o sus verdaderas intenciones? Lo que tenemos a nuestra disposición son los documentos que nos dejaron y de ellos no se desprende ninguna conducta que menoscabe su persona.

           Juan Carlos Nicolau, en su objetiva obra sobre la vida de Manuel José García, nos deja esta reflexión:


     
"Para finalizar, el comisionado emite un juicio lapidario respecto a la actitud del gobierno de Rivadavia, al afirmar con razón que al negociar la cesación de las hostilidades arriesgaba su reputación personal, pero no causaba obligación alguna al Gobierno hasta tanto el tratado de paz o la convención preliminar, después de ser examinada detenidamente fuera ratificada. 

"En su opinión, una convención preliminar aún después de ratificada solemnemente, es un tratado provisorio, pues su objeto principal es hacer cesar las hostilidades, fijando bases para un tratado definitivo. En la última frase de su exposición espera que aquietadas las pasiones en el futuro se juzgará su comportamiento, mientras se interroga acerca de quien merece mayor indulgencia, si el ciudadano que en tan gran conflicto sacrifica su reputación y acaso la existencia a su patria, o aquel que quiere a todo trance hacer de ésta el instrumento de su fama." 3


          Porque algunos historiadores olvidan el resto de su dilatada actuación? Recordemos su actuación pública en la historia de nuestro país:

          Tuvo una heroica actuación en las invasiones inglesas. Tuvo a su mando, con el grado de capitán, una compañía del Tercio de Cántabros en la defensa de Santo Domingo. Defendieron con valor su ciudad natal y lograron rendir al enemigo. Su padre el coronel Pedro Andrés García de Sobrecasa estaba al mando de la unidad. Su hermano Valentín García estaba en el mismo tercio. En reconocimiento a su actuación en la batalla, el Virrey Santiago de Liniers le otorgó el grado de Teniente Coronel (1807) ; fue Subdelegado de Porco y Chayanta en el Alto Perú (1809) ; Tesorero del Cabildo Porteño ; Vocal de la Cámara de Apelaciones ( 1812) ; designado por Mariano Moreno director de "La Gaceta de Buenos Aires" (1812); Secretario de Hacienda durante el Segundo Triunvirato (1812-1814) ; ministro de Gobierno y Hacienda durante la gestión de Martín Rodriguez ( 1820-1824) , ministro de Gregorio de Las Heras (1824-1826) , ministro de Juan Galo Lavalle ( 1828), durante cuatro años del propio Juan Manuel de Rosas (1829-1832), ministro de Hacienda y Gobierno de Juan José Viamonte ( 1829 y1833-1834) . Acaso todos ellos se equivocaron y eligieron a una persona sin méritos para el cargo? Podemos tener puntos de vista distintos pero no denostarlo o reconocer el mérito que su contemporáneos le dieron.

         Para ratificar lo expresado, queremos hoy dar a conocer la opinión del padre de los revisionistas Adolfo Saldías, sobre el doctor Manuel José García en su obra "Historia de la Confederación Argentina

Manuel José García
(Buenos Aires 1787-1848)
Primer Ministro de Hacienda de la República Argentin
"Digno cooperador tuvo Rivadavia en el ministro de Hacienda doctor García, quién a sus nutridos talentos y a su preparación poco común unía un espíritu organizador y metódico. Como estadista, García era uno de los más perfectos que ha producido la República Argentina, y como pensador es uno de los que con perfiles más acentuados ha dejado obra transcendental en disposiciones civiles, políticas y constitucionales incorporadas en las prácticas y en las leyes fundamentales del país." 

"Por iniciativa de este hombre superior se creó la Contaduría, la Tesorería y la Receptoría que dependían entonces del Tribunal de Cuentas ; se fundó la institución del crédito público y la caja de amortización, afectando a esta última las rentas de la Provincia ; se creó recursos legítimos y moderados para aumentar la hacienda pública ; se abolió los pechos y contribuciones forzosas; se sancionó la ley de contribución sobre la renta; se organizó la administración de las aduanas; se favoreció el comercio de importación por los medios que aconsejaba una prudente y sabia economía en un país nuevo, despoblado y sin industrias."


          "Cuando tales medidas permitieron al Gobierno desenvolverse regular y ampliamente, Rivadavia elevó a la Junta de Representantes los mensajes sobre inviolabilidad de la propiedad, sobre seguridad personal y sobre libertad e imprenta; hermosas fórmulas consignadas en las anteriores Constituciones de los años 1811,15,17 y 19 que vivieron la vida de los lirios, pero que en el año 1822 comenzaron a traducirse en verdades prácticas, al favor del espíritu liberal que informaba la mente y la acción del Gobierno de Buenos Aires. A poco elevó el proyecto de ley de olvido acompañado de un mensaje en que se lee estas palabras: "Para gozar del fruto de los sacrificios hechos en la guerra de la Independencia, es preciso olvidar; no acordarse más ni de las ingratitudes, ni de los errores, ni de las debilidades que han degradado a los hombres o afligido a los pueblos en esa empresa grandiosa". Esta ley atrajo a Buenos Aires a todos los argentinos que estuvieron alejados por las contiendas civiles, y a quienes les fue dado vincular su esfuerzo a la labor fecunda que se iniciaba."

FUENTES: Historia de la Confederación Argentina. Rozas y su época. Tomo 1. Librería "La Facultad" de Juan Roldán, Florida 418, Buenos Aires, Argentina, 1911.
1.«La Gaceta Ministerial de Gobierno de Buenos Aires» (en español) (1812). «nros. 23 y 24».
2.«Archivo General de la Nación Argentina» (en español). «AGN, Sala VII, 16-4-7, nº. 1237».
3.Juan Carlos Nicolau (2008). «Manuel José García (1784-1848) - Política y Diplomacia en el Río de la Plata» (en español). Librería Historica, de Emilio J. Perrot, página. 214».







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