En la década de 1820, por iniciativa de los Ministros Bernardino Rivadavia y Manuel José García llegaron al país los primeros ingenieros franceses contratados especialmente por el nuevo gobierno.
Aun cuando muchas de las obras proyectadas en algunos casos no llegaron a concretarse estos técnicos fueron los pioneros de la arquitectura republicana.
Prósper Catelin (? - 1853), a quien se considera el introductor del gusto francés en Buenos Aires, realizo el pórtico neoclásico de la catedral de Buenos Aires (1822-1827).
Charles Henri Pellegrini (1800-1875) formado en la escuela politécnica de París encaró la construcción del nuevo teatro Colón e integró el consejo de obras públicas del Estado de Buenos Aires.
En la segunda mitad del siglo XIX la arquitectura fue parte del proceso de cosmopolitización general de la sociedad argentina. En Argentina, desde 1870 hasta entrado el presente siglo, puede decirse que la arquitectura de los arquitectos, la arquitectura de las escuelas de arquitectura como así también la de las elites y el Estado fue preferentemente Beaux Arts.
No resulta entonces sorprendente que al momento de crearse la Escuela de Arquitectura en 1901 sus planes de estudios y métodos de enseñanza se ajusten a los vigentes en l´École donde, por otra parte, se habían formado sus primeros profesores como Pablo Hary, Eduardo Lanús y Alejandro Christophersen, arquitecto del Palacio San Martín (1906).
En 1869, llegó a la Argentina el belga Jules Dormal (1846-1924). Formado en l´École Polytechnique de París, Dormal es autor de una obra vastísima y de calidad entre las que se cuentan la residencia Celedonio Pereda -actual embajada del Brasil- inspirada en el Museo Jacquemart-André de París, La casa de gobierno de La Plata, la residencia Peña -hoy Sede de la Sociedad Rural Argentina-, el edificio de Aguas Corrientes y los interiores del teatro Colón.
Entre los arquitectos formados en la Ecole sobresalen Gastón Louis Mallet que llegó a la Argentina en 1907 y es el autor del proyecto de la sede del Centro Naval, Norbert Maillart (en Argentina de 1888 a 1908) -que fue discípulo de Julien Gaudet- responsable grandes edificios públicos como el Correo Central, el Colegio Nacional Buenos Aires y el Palacio de Tribunales; Edouard Le Monnier que construyó el Jockey Club de Rosario y la residencia de Adelia María Harilaos -hoy Nunciatura Apostólica-; y Paul Pater, autor de la Residencia Ortiz Basualdo, hoy Embajada de Francia- y el Tigre Club.
No menos importante es el aporte de arquitectos que, aún sin arribar al país, fueron autores de importantes proyectos. Son los casos de Louis Sortais: Palacio Paz actual Círculo Militar.Circulo Militar (1912)René Sergent: la residencia Ernesto Bosch, el Palacio Errazuriz, actuales embajada de los Estados Unidos y Museo de Arte Decorativo; y el Palacio Atucha.Museo de Arte Decorativo (ex Palacio Errazuriz)También se puede mencionar a los arquitectos Louis Faure Dujarric (hipódromo de Buenos Aires) y Louis Dubois (hotel Chile, avenida de Mayo, 1295)La influencia francesa se extiende también al diseño urbano, la decoración de interiores y también al paisajismo.
En este último aspecto particularmente importante fue la tarea llevada a cabo a lo largo de sus varios años de residencia en el país por Charles Thays (1849-1934). Entre sus numerosos proyectos se destacan el Jardín Botánico, el Parque Centenario y la culminación del Parque Palermo además de diversas parquizaciones en espacios públicas y residencias privadas en varias provincias.
Fuente: You Tube: CapitanArgentario
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